PEESENTACIÓN
DE LOS PREMIOS “CONCHA DE LUZ” Fundados
por Isabel A.Marrtínez Miralles profesora de Lengua y literatura y poetisa 23
de noviembre de 2012
Amigos
en la literatura y la música: Buenas noches:
Aunque resulta tradicional y casi
un tópico explicar la asistencia de un presentador como un honor para quién lo hace, la verdad<es que para mí,
la posibilidad de estar en un acto donde, como este, en el que estamos, se ensalza y potencian los
valores más positivos del corazón de los hombres, de esta sociedad en el que un
humanismo basado en los hondos principios de la ética y la estética cristiana –
al fin y al cabo sustrato auténtico de la civilización europea-, me supone de
modo muy subjetivo, es verdad, pero
hecho desde la reflexión más imparcial posible, la mejor consideración por
haber recibido la atención de invitarme a prologar esta cita con la prosa y la
poesía que ofrece el II Certamen Internacional de Valores “Concha de Luz”,
creado y convocado felizmente por la profesora y escritora Isabel Ascensión Martínez
Miralles, bajo los emotivos auspicios del respeto mutuo, de la moralidad
compartida, del esfuerzo personal. y de la auténtica ciudadanía, valores que,
como personas, dan trascendencia a nuestras vidas.
“El Concha de Luz”, certamen que
nos viene derivado precisamente de una cuidada obra de la anfitriona de este
encuentro tan especial, constituye a mi modo de ver, una sugerente llamada a
todo aquello que puede hacer de nosotros, hombres y mujeres enriquecidos por un
caudal de nobles sentimientos, alguien que aspire a vivir con una conciencia
que camine en pos de esas cualidades que, hoy por hoy, aparecen devaluadas por
una explicación tan simple como demasiado relativista en este tiempo, que
adilece de una fuerza interior que nos haga ser día a día merecedores de un
espíritu más coher3entrs a estos valoires morales, que nos dan categoría y
entidad metafísica, es decir, fuera de los límites físicos de todo ser creado.
A veces, y ahora más que nunca,
es necesaria la presencia de un testimonio, quizás un testigo, que nos traiga
con su vig3encia práctica, una ocasión
para que el mundo que nos rodea – o tal vez solo una parte, pero siempre
esperado- y que nos urge-, muestre una actitud positiva, ciertamente ética,
frente a otras realidades sociales que nos imponen su vaciedad, su hedonismo,
sus carencias, que las hay, aunque muchos quieran disfrazarlas o disimularlas
con unos trapos de autosuficiencia y racionalidad que en realidad<es pura
acción iconoclasta. Por ello, entiendo que iniciativas como esta convocatoria,
este “Concha de luz”, que nos regala la profesora Martínez Miralles, y este
acto, en defensa de la mejor sensibilidad humanista, tendrán su resonancia en
el edificio interior de millones de almas repartidas por toda la Tierra que
habitamos.
Es evidente que es la hora de
explicar de manera clara y sin timidez alguna, que creemos en estos valores que
hoy aquí, se convocan al aire de una llamada desde el verso o la prosa, desde
la nobleza de la literatura. Y a esta llamada han acudido con su obra numerosos
autores y y autoras que sólo al participar en ella, certifican su identidad con
los fines últimos que se defienden en estos Premios. Y es que nunca la palabra
escrita habría t3enido más valor que cuando, como en esta ocasión, se pronuncia
o se escribe desde la hermosa influencia de los mejores valores humanos. En
este sentido, a la luz de este certamen y de esta obra que Isabel Ascensión Martínez Mirallles ha ofrecido al
universo literario, como reclamo general, la respuesta ha sido verdaderamente
correspondida, y los trabajos recibido pensamos que presentan una construcción
absolutamente cercana a la propuesta de lo esperado en este concurso; así,
desde mi punto de vista, claro que muy subjetiva, y modesta, en mi condición de
Jurado, creo haber contrastado tanto el
buen nivel de los textos seleccionados como la neta exaltación de esos valores emocionales que han dado
lugar a la creación del “Concha de Luz”. Hay que felicitarse, digo, por la
diversidad de las historias que se cuentan, y por la diversidad de su
procedencia, pero que en todas o casi todas, para ser más exactos, las obras
leídas gozan de una reconocida base literaria, dicho esto, naturalmente, desde
la más sincera modestia personal.
Habría que decir entonces que
se han elegido aquellos trabajos que más se ajustaban a las exigencias del
Certamen y, en este sentido, pienso que ha habido una coincidencia
considerable, que nos hace a los miembros del Jurado, agradecer el buen tono de
los mismo y la convicción de que es importante proseguir esta aventura en favor
de esos valores expresamente positivos, que se entienden como principios
irreversibles de todos nosotros para este mundo que nos pide a gritos el amor y
la justicia, la generosidad y la cultura, la ilusión y la poesía. Como miembros
del Jurado, es para mí un privilegio apostar por esta iniciativa que en su
segunda edición ha logrado atraer la atención de tantos escritores de dentro y
fuera de España, en lo que personalmente estimo como una de las convocatorias
más interesantes que se hacen en este universo de letras. Y más aún, como este
Concha de Luz, puesto al servicio de una causa imborrable como será siempre la
defensa de los valores humanos.
Eduardo
López Pascual
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